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Los relojes de cuco de la Selva Negra

Los relojes de cuco de la Selva Negra

Los relojes de cuco de la Selva Negra

 

Los primeros relojes de cuco

 

Ya en 1629, muchas décadas antes de que se hicieran los primeros relojes en la Selva Negra, un noble de la ciudad de Augsburgo, Philipp Hainhofer (1578 – 1647), fue el primero en describir un reloj cucú. Este reloj pertenecía al Príncipe August Von Sachsen.

 

En un conocido manual sobre música, Musurgia Universalis (1650), el erudito Athanasius Kircher describe un órgano musical con varias figuras autómatas, entre las que se encontraba un cuco mecánico.[3] Es de destacar que este libro contiene la primera descripción documentada -en palabras e ilustraciones- de cómo funciona un cuco mecánico. Hay que aclarar que Kircher no inventó el mecanismo del cuco, ya que este libro, como sus otras obras, es una recopilación de datos que recabó con el objetivo de servir de consulta. En el grabado se muestra claramente todo los elementos de un cuco mecánico. El pájaro movía automáticamente las alas y el pico así como la cola. Simultáneamente podía escucharse el canto del cuco producido por dos tubos de órgano afinados a una tercera menor o mayor.

 

En 1669 Domenico Martinelli, en su manual sobre los principios básicos del funcionamiento de los relojes Horologi Elementari, sugiere utilizar el canto del cuco para anunciar las horas. Por lo tanto por esa época ya era conocido el mecanismo para imitar el canto del ave. Cualquier mecánico o relojero que supiese leer latín o italiano, sabía después de leer estos libros que era bastante fácil producir el canto del cuco para indicar las horas.

 

Posteriormente los relojes de cuco aparecieron en otras regiones que no eran conocidas por su industria relojera. Unas décadas más tarde la gente de la Selva Negra comenzó a hacer relojes cucú.

 

 

Los primeros relojes de cuco hechos en la Selva Negra

 

Todavía no han sido esclarecidos los orígenes del reloj cucú: donde, cuando y quién lo inventó. Los primeros relojes cucú de la Selva Negra fueron elaborados entre 1740 y 1750 en pequeños talleres que hacían la maquinaria de madera. Es difícil saber el porcentaje de relojes de cuco fabricados del total de relojes producidos, pero a juzgar por los escasos ejemplares que han perdurado debieron ser una pequeña cantidad.

 

Respecto a su procedencia hay dos relatos escritos por los dos primeros cronistas de la historia relojera de la Selva Negra que proporcionan datos contradictorios acerca de su origen:

 

El primero es del Padre Franz Steyrer, que en 1796 en su Geshichte der Schwarzwälder Uhrmacherkunst Historia de la industria relojera de la Selva Negra, describe un encuentro entre dos vendedores de relojes de Furtwangen (Selva Negra), los cuales mientras viajaban conocieron a otro comerciante de Bohemia que vendía relojes de cuco de madera. Los dos artesanos de Furtwangen se entusiasmaron tanto al verlo que compraron uno. Al traerlo a casa lo imitaron y mostraron el resultado a otros comerciantes de relojes de la Selva Negra. La popularidad creció para los relojes de cuco en la región y cada vez más artesanos comenzaron a producirlos. Respecto a ésta crónica, el historiador Adolf Kistner afirmaba en su libro Die Schwarzwälder Uhr El reloj de la Selva Negra, publicado en 1927, que no existe ningún reloj cucú hecho en Bohemia que justifique la tesis de que este reloj sirviera de modelo para los de la Selva Negra. Bohemia no contaba con una industria relojera importante en aquella época.

 

El segundo también está relatado por otro sacerdote, Markus Fidelis Jäck, en un pasaje de su informe Darstellungen aus der Industrie und des Verkehrs aus dem Schwarzwald Descripción de la Industria y Comercio de la Selva Negra (1810) comenta lo siguiente; “El reloj de cuco fue inventado (en 1730) por un maestro-relojero (Franz Anton Ketterer) de Schönwald (Selva Negra). Este artesano adornó el reloj con un pájaro móvil que anunciaba la hora con el canto del cuco. El maestro-relojero sacó la idea de cómo hacer el sonido del cuco de los fuelles de un órgano de iglesia”. Con el paso del tiempo la segunda versión se hizo más popular y es generalmente la que se cuenta hoy. Desgraciadamente ni Steyrer ni Jäck aportan fuente alguna para confirmar sus afirmaciones, haciéndolas inverificables.